7 de junio de 2012

Enfermos de hormigón:

Diego López
Despertó en una jaula gris. La que él mismo escogió cuando aún no tenía hongos en los pulgares y conservaba restos de plumón en la espalda.

Allí, abrió los ojos, unos espejos rotos sin color ni forma, hundidos y enmarcados en piel tostada, gruesa, arrugada y seca, como sus manos, que tocar ya no saben y sin embargo tocan.

Subió la persiana y todo lo que entró fue un grito frío y nauseabundo con cuerpo de cucaracha gorda y alma de abuela infértil. “¡Enfermos!, ¡Enfermos de hormigón!”

CRASH! 

13 comentarios:

  1. Me encanta cuando te pones kafkiana.

    Bisous.

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  2. Y sin embargo sigue esa rutina cada dos por tres volviendo al mismo pensamiento...

    Ese suele ser mi caso

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  3. Ni siquiera el Sr. Samsa lo hubiese explicado mejor.

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  4. ¿No estamos todos contaminados con esa enfermedad? Me gusta la foto, transmite energía.

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  5. Reconozco ser un enfermo más, de esos que todos los días dicen "no aguanto más, tengo que hacer algo" y no hacen nada.
    Por cierto, me quedo como seguidor, con permiso.
    Un abrazo.
    HD

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  6. Es muy descriptivo de una realidad
    Un saludo

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  7. Fondo y forma, música y el lamento de una civilización decadente y absurda...un abrazo desde azpeitia

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  8. ¡Gentes sin espíritu!

    P.S: Ya lo han dicho por aquí, y es que es muy Kafka :)
    P.S2: Un saludo.

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  9. Siempre huyendo… del hormigón armado… enfermo te descubro…
    Saludos

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